Durante toda la emergencia, el mayor reto profesional y personal que enfrente fue el Equivocarme lo menos posible. Ser el encargado de todo, enfrentar el agotamiento, estar siempre atento y dispuesto con una sonrisa todo el tiempo. En medio de una emergencia, cuando improvisas buscando lograr una meta o estableces un procedimiento entiendes que un error puede costar injusticia, pérdida de fe o credibilidad y hasta en el peor de los casos la vida de alguna persona. Por eso no podía haber errores.
La adrenalina mezclada con la convicción de servicio fueron los elementos de motivación, eso me mantuvo proactivo y comprometido siempre con la responsabilidad asumida. Era mejor, trabajar que dormir y hasta que comer, una lata de atún parecía la mejor parrilla en medio del corrido permanente. Cuando comenzó a llover de nuevo me desanime; pero ver a mis amigos, mis funcionarios y a mi familia batallando, me repuso la voluntad con mucho más vigor y responsabilidad.
El contacto directo con las comunidades deja una profunda huella y aprendizaje como ser humano, se puede palpar la necesidad latente que les obliga a tomar actitudes poco cordiales y hasta egoístas. Eso motiva a seguir trabajando por ellos y a realizar lo que sea para asistir a nuestros hermanos menos favorecidos.
En nuestro pueblo existe más Unidad y solidaridad de las que yo hubiese imaginado, y que el Olimpo es de los que lo alcanzan con su esfuerzo.
Estoy muy complacido con el esfuerzo de todo el Fondo Social Miranda, hubo mucho cercanía con otras dependencias de la gobernación y principalmente con nuestras comunidades. Se tuvo respuesta inmediata y la medida prioritaria, a nivel institucional, para gestionar el riesgo debe centrarse en un protocolo de intervención en caso de emergencias y desastres, eso evitaría la improvisación inicial.
"Nos echamos esto a los hombros con gallardía y entusiasmo"
José Gregorio Acevedo Leandro
Presidente del Fondo Social Miranda
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